«Y a los espíritus oscuros inspiradores del Marketing se les planteaba un nuevo reto, debían encontrar la manera de monopolizar una de las drogas legales más consumidas en todo el mundo, el café.»
Y así es como nació Nespresso. Una máquina de café que necesita de sus propias cápsulas para poder funcionar, como si de una impresora se tratase. De esta manera Nestlé no solo recibe dinero por la patente de sus máquinas, si no también por la venta de los suministros de ésta, dejándote cada café a unos 30 céntimos, que le estarás pagando toda tu vida mientras que sigas queriendo utilizar esa máquina, y disfrutar de sus excelentes cafés, que para que vamos a negarlo, la máquinita los hace muy bien.
Por suerte para todos siempre hay métodos eficientes para conseguir evadir este tipo de malgasto eterno. Si en las impresonas existen sistemas para la reutilización de cartuchos, ¿ porque no hacer algo parecido con los cartuchos de Nespresso ?. Aquí un vídeo explícativo en el que nos enseñan como hacerlo de una manera bien sencilla.