Steampunk

Steampunk es un subgénero de fantasía y ciencia ficción que denota trabajos ambientados en una época o mundo en donde la energía a partir del vapor es todavía usada ampliamente —usualmente en el siglo XIX y con frecuencia en la Inglaterra de la era victoriana—, pero con elementos prominentes de la ciencia ficción o de la fantasía, inventos tecnológicos ficticios como los encontrados en las obras de H. G. Wells o desarrollos tecnológicos reales como el computador ocurriendo en una fecha más temprana.
Frecuentemente se lo asocia con el cyberpunk y comparte unas bases similares de fanáticos y temática de rebelión, pero desarrollado como un movimiento separado (aunque han tenido influencias considerables entre sí).
La literatura, el cómic, y sobretodo el cine utilizan en muchas ocasiones estéticas y máquinas basadas en el steampunk (Vease Wild Wild West, SteamBoy, La Brújula Dorada, La Liga de los Hombres Extraordinarios, etc), pero por fortuna, estos aparatos no se limitan úincamente a la imaginación de unos pocos, y existe un amplio número de personas que se dedican a crear objetos de estética Steampunk, completamente funcionales, y lo más importante, explicando paso a paso como lo han hecho.
Un clarísimo ejemplo es este ordenador:

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Las instrucciones para crear el monitor LCD se pueden encontrar aqui, y las del teclado en este otro sitio.
Otro aparato curioso es este escaner, que nos permitirá mejorar la apariencia de esos sosos escaneres de sobremesa, siguiendo estas instrucciones.

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Pero sin duda lo que se lleva la palma es este portátil Steampunk, que se enciende girando una llave, como si le dieramos cuerda, y se apaga metiendo una pluma por un agujero:

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Existen otros aparatos de estética Steampunk funcionales, no relacionados con el mundo de la informática, pero igualmente funcionales…
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Razón por la que los hombres no escuchan

«¡Nunca me escuchas!» A partir de ahora las mujeres (nuestras novias y
esposas) ya no podrán utilizar más esta excusa. Como no, de nuevo la
Ciencia vuelve a salir en nuestra defensa y ha puesto las cosas claras:
es totalmente falso que un hombre tienda a negar su atención al
escuchar una voz femenina.

Todo esto viene a raíz de la típica frase «Los hombres no pueden hacer dos cosas a la vez». Aunque algunos tiendan a pensar que solo es machismo o feminismo (dependiendo de aquel que lo diga y escuche), resulta que es totalmente cierto, y se basa en las diferencias existentes a nivel evolutivo entre los cerebros masculinos y femeninos.

“Una de las mayores molestias femeninas es que los varones no ponen atención a lo que ellas les cuentan, pero no es que se hagan los locos o que sean distraídos; el punto es que científicamente se ha comprobado que el cerebro masculino tarda en decodificar la voz femenina”, explicó Georgina Montemayor, especialista en estudios del aprendizaje y el cerebro del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UNAM.

De acuerdo con una investigación realizada a finales del año pasado en Estados Unidos para detectar qué escuchaban los esquizofrénicos, entre los resultados se encontró que el hombre decodificaba de manera más lenta a la voz femenina que a la masculina.

Hombres y mujeres que participaron en el experimento fueron sometidos a resonancias magnéticas para ver qué zonas se activaban cuando escuchaban registros de voces femeninas y masculinas, y fue así como se detectó que el cerebro del hombre tarda en entender los sonidos femeninos.

Con base en estos resultados, ahora se sabe que no es que ellos no quieran poner atención a las mujeres, sino que tardan en descifrar sus sonidos.

Cuando los varones escuchan una voz femenina, pasa por su oído y luego la procesan en el hemisferio derecho, donde se procesa la música. “Su lado derecho va decodificando la voz femenina como si fuera una partitura musical, entonces para cuando la mujer termina la frase, el hombre apenas está descifrando el inicio”, indicó la doctora Montemayor.

Esto es debido principalmente a que el cerebro masculino no posee, por lo general, una buena comunicación entre los hemisferios derecho e izquierdo, lo que provoca esa lentitud de proceso ante una voz de toques armónicos como es la de la mujer, la cual en vez de entender sus palabras como datos, las asimila como una melodía musical.

Aunado a esto, detalló la especialista de la UNAM, la mujer habla en forma circular o de espiral, y el hombre no es capaz de seguir su ritmo, por lo cual se pierde en la conversación.

“La mujer dice: Vi a Margarita, sí Margarita, la esposa de Pepe, el primo de Juan, Juan el que era abogado ¿Si te acuerdas? Bueno, pues hoy me la encontré”. Esta manera de hablar, comentó la doctora, es circular y es precisamente una conversación así la que confunde a los hombres.

En cambio, entre las mujeres sí puede haber una conversación espiral, o hablar entre paréntesis, porque la comunicación que hay entre sus dos hemisferios del cerebro le permiten hacer o entender varias cosas al mismo tiempo, aunque no tengan ningún sentido.

Las mujeres, al tener bien comunicados los dos hemisferios, tienen un mayor dominio del lenguaje, porque las dos zonas están activas. En cambio, en el hombre sólo se activa su lado izquierdo del lenguaje y, por ello, tienen mayor dificultad que la mujer para expresarse. Por eso dicen que las mujeres hablan más y que el hombre no dice nada. En la zona del cerebro femenino que está atrás de la frente, denominada corteza prefrontal, hay más neuronas que en esa misma zona del cerebro masculino. Aquí es donde se toman las decisiones y, por ello, la mujer tarda más en tomarlas, pero una vez tomada ya no hay en su cerebro rastro alguno de duda, pues son más firmes en sus decisiones.

Sin embargo esta ventaja se contraresta con el hecho de que una estructura del cerebro llamada cíngulo está más desarrollada en las mujeres y eso ocasiona que se preocupe más por todo, por lo que aun firmes en su decisiónes, penan antes de tomarlas, en el desarrollo de estas, y una vez finalizadas.

Todo ello se debe además a que aunque el número de neuronas es el mismo tanto en el cerebro femenino como en el masculino, el femenino es más pequeño, por lo que la comunicación entre neuronas resulta más eficiente aun cuando no se ejercita de manera habitual.

El hombre, además, tiene una lateralización y su atención suele estar dirigida a una sola tarea. Cuando usa el ordenador, por ejemplo, sólo puede hacer eso, y no es que no quiera poner atención a lo que le rodea, es que en ese momento esta concentrado en una sola cosa. No obstante, esto le permite un alcance mayor de concentración que las mujeres, por lo cual se desarrollan mejor en áreas duras como la física y las matemáticas. De ahi que podamos completar la frase inicial de la siguiente manera «Los hombres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo, pero la que hacen, la hacen bien».

Sin embargo, el estudio también descubrió que cuando un hombre escucha la voz de otro varón, en poco tiempo cree que se escucha a sí mismo, porque se activan las zonas de la memoria episódica, donde se guardan los acontecimientos de la vida personal, y por tanto, asimila más rápido los datos que recibe y por ello da la impresión de prestar más atención.

El estudio no se queda ahi, si no que también concluyó que los hombres sólo ponen atención cuando cortejan a la mujer o cuando quieren obtener algo, pero una vez que logran el objetivo dejan de escuchar. Por ello, la investigadora de la UNAM señaló que si las mujeres quieren conservar la atención de los hombres deben:

  1. Dar instrucciones precisas cuando hablen con sus parejas.
  2. Evitar divagar.
  3. No hablar en el juego espiral o circular porque el interlocutor se pierde.
  4. Usar un tono de voz más grave, como en forma seductora, eso atrae al varón.
  5. Decir frases cortas, porque la plática larga tiende a perder la atención del escucha.

La doctora Montemayor aclaró que puede haber hombres que no se ajusten a este descubrimiento, porque siempre hay variaciones. No obstante, es un modelo científico que permite explicar y entender conductas humanas.

 

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